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Bienvenid@ a mi taberna !!!
Entra y tómate algo. A la primera invita la casa!!!
Esta taberna es fruto de mis viajes por el Norte, donde conseguí reunir bastante oro y algún que otro buen contacto entre los Norm. Ellos son los que me suministran la cerveza que le intercambian a los enanos. No hay mejor brebaje que los licores añejos de los enanos!!!
Aquí podrás contar todas las batallas que hayas librado en tus andanzas por Guild Wars, tus logros, tus hazañas y todo aquello que quieras compartir con los demás borrachines del lugar.
A buen seguro que cuanto más adornes tus historias, más seguidores irás teniendo...
Toma asiento y bebete algo, eso sí... no formes jaleo o tendré que echarte de la taberna. Bebe y habla con moderación amigo.
Dejaos que os cuente mi historia (murmullo por el fondo de la taberna) –CALLAOS, ESTOY INTENTANDO HABLAR !!!!!! – escoria enana.
Mi aventura comienza una mañana fría de invierno en la Cornisa de Ojolargo, mi oficial Huntor y yo nos disponíamos a matar escoria Charr siguiendo las órdenes de la capitana Lagmar. Teníamos que llegar desde las Llanuras Bélicas de Grothmar hasta el Valle de Sacnoth pasando por el Altiplano de Dalada.
Nuestros héroes y nosotros mismos nos preparamos a conciencia para tal travesía, nos esperaban días de viaje y teníamos que aprovisionarnos bien.
A la salida de la Cornisa nos topamos con un grupo de escurridizas mandrágoras, desgraciadamente el ataque nos vino por sorpresa y yo caí en una de sus trampas. Mientras la mandrágora se abalanzaba sobre mi, Huntor blandió su martillo y a la vez que sonaba el grito, Por la Justicia!! Corto el aire y destrozo el caparazón de la mandrágora. Yo me encontraba herido en una pierna a causa de la trampa, y algunos de los héroes se curaban sus respectivas heridas, eso solo fue el comienzo del viaje.
Tras pasar un tiempo de reposo y cura nos dispusimos a seguir hacia el este, encontrándonos con el primer grupo de Charrs. Pero esta vez le daríamos la sorpresa nosotros. Hice mi preparación de veneno mientras Huntor, Jora y M.O.X cargaban hasta el grupo de invocadores de la llama. Mis flechas surcaron el viento, casi rozando el casco de Huntor e impactando en el pecho del primer Charr muerto. El ataque por sorpresa los hizo muy vulnerables a los ataques que Huntor propinaba con destreza y potencia. Cuando ya solo quedaba un Charr huyendo, Huntor exclamo con una gran sonrisa: Caen como moscas.
Después de nuestra cruenta batalla, mejor dicho exterminio, vimos al fondo un devorador de asedio, por los cuales nuestro tabernero siente predilección.
Decidimos que lo mejor seria que Huntor fuese montado en el, ya que su espíritu guerrero lo hace mas destructivo en la batalla cuerpo a cuerpo.
A la mañana siguiente partimos temprano hacia el Altiplano de Dalada.
Nuestra sorpresa al llegar fue doblemente grata ya disponíamos de un devorador de asedio cuando encontramos al segundo, desde ahí nuestro viaje fue un paseo por el campo.
Nuestro poder destructivo llego a cotas muy altas ese gran día.
Algunas noches frías me vuelve a doler la cicatriz de la trampa de aquella mandrágora, me acuerdo de esa aventura y espero poder revivirla antes de reunirme con Dwayna